

El miércoles nos sorprenden con la petición de Derechos Humanos para los monos... bueno, seamos exactos: no son monos, sino que, dentro del orden de los los primates forman el grupo de los grandes simios. Por cierto ¿esto de primates vendrá de primos? Lo digo porque, dado que compartimos entre un 96 y un 98 por ciento del código genético con los orangutanes, los gorilas y los chimpancés, está claro que son primos nuestros. A lo que íbamos: lo de los DH, así, en general, le puede parecer excesivo a cualquiera. Por ejemplo: ¿cómo se materializaría el Derecho a la Educación del Artículo 26.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos? No veo yo a los chimpancés compartiendo aulas con nuestros escolares (sobre todo si son emigrantes: sería políticamente incorrecto). Y tenemos el Derecho a la libertad de opinión y expresión del Art. 19: hombre, por mí, un simio puede opinar lo que quiera, lo que veo difícil es que me lo pueda decir. Con el que no estoy dispuesto a pasar, es con el Art. 21: Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país [...] Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país. Lo de ser gobernados por simios está bien para las películas, pero yo no lo veo claro...
Dejando de lado el cachondeo, sí que es cierto que hace muy poco los científicos han solicitado que los grandes simios (que, junto con nosotros, forman la familia zoológica de los Homínidos) sean incorporados al género Homo en el que, de momento, sólo estamos los seres humanos (aunque hay algunos que se portan peor que cualquier animal de un género "inferior"). Esto podría suponer que se respetaran determinados derechos de los simios, con lo que yo estoy completamente de acuerdo. Por ejemplo, el Art. 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona; o el 4: Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; y el 5: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Finalmente, el jueves leo lo siguiente en un periódico: David Copperfield se ha servido de sus técnicas de ilusionismo para burlar a unos jóvenes que trataron de atracarle en Florida. Se fueron con las manos vacías. Uno, que tiene mucha imaginación, se imagina a Copperfield haciendo un maravilloso número de ilusionismo y desconcertando a los asaltantes que, como en las maravillosas historias de Mandrake, el mago, incluso caen al suelo sin sentido. ¡Hasta me imaginaba en un futuro al mago, acompañado de un negro calvo cachas, haciendo más seguras las calles deteniendo a pillos y bandidos! Al final, decepción: se limitó a mostrar unos bolsillos vacíos tras esconder "por arte de magia" el móvil y la cartera que llevaba en ellos. ¡Qué ilusionismo desilusionante!
P.D.: Los que quieran saber quién es Mandrake, que vayan aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Mandrake_el_mago